Byung-Chul Han: pensar con los pies y las manos en la tierra

 

Un estudiante de metalurgia en Corea del Sur que viaja a Alemania y se hace filósofo; un inmigrante en un país con una lengua tan distinta; un hombre de profunda serenidad oriental examinando un Occidente ajetreado y consumista; un pensador sensible a la literatura y autor de una prosa exquisita; un intelectual que comienza su carrera con temas metafísicos y termina cultivando un jardín con sus propias manos (y escribiendo un libro titulado Loa a la tierra). Byung-Chul Han (n. 1959) encarna no solo una mirada en movimiento, sino también al genuino filósofo que –a diferencia de otros académicos– encara con valentía el mundo en el que vive y le habla con emoción a quienes lo comparten con él. Aquí reúno una selección de citas de algunos de sus trabajos más importantes.

 

Muerte y alteridad (2002)

“La finitud eleva al hombre. Le posibilita una singular experiencia del tiempo como don. Quien tiene el tiempo limitado no custodia el resto de su tiempo como su bien preciado, pues lo ha regalado todo hasta el final, se ha vaciado a sí mismo. Consigo mismo él ya no se encuentra en casa, sino como invitado. Esta singular figura del “estar consigo mismo como invitado cuestiona radicalmente la habitual economía doméstica, que es la economía de la posesión.”

 

El aroma del tiempo (2009)

“La vida actual ha perdido la posibilidad de concluirse con sentido. De ahí proceden el ajetreo y el nerviosismo que caracterizan a la vida actual. Se vuelve a empezar una y otra vez, se hace zapping entre las «opciones vitales», porque ya no se es capaz de llegar hasta el final de una posibilidad. Ya no hay historia ni unidad de sentido que colmen la vida. […] la aceleración se descubre como una inquietud nerviosa que da tumbos de una posibilidad a otra. Nunca se llega a la tranquilidad, es decir, a un final. […]

Una vida a toda velocidad, por más alta que sea la «cuota de vivencias», seguirá siendo una vida corta

La vida pierde cada vez más la amplitud que le proporcionaría la duración. Contiene en sí menos mundo. […] La gente se apresura, más bien, de un presente a otro. Así es como uno envejece sin hacerse mayor. […]

Quien intenta vivir con más rapidez, también acaba muriendo más rápido. La experiencia de la duración, y no el número de vivencias., hace que una vida sea plena. Una sucesión veloz de acontecimientos no da lugar a ninguna duración. […] Una vida a toda velocidad, sin perdurabilidad ni lentitud, marcada por vivencias fugaces, repentinas y pasajeras, por más alta que sea la «cuota de vivencias», seguirá siendo una vida corta”.


“La técnica moderna aleja al hombre de la Tierra. Los aviones y las naves espaciales lo arrancan de la fuerza de la gravedad terrestre. Cuanto más se distancia de la Tierra, más se empequeñece. […] De ahí que el hombre se aliene de la Tierra. Internet y el correo electrónico hacen que la geografía y la propia Tierra desaparezca. […] La técnica moderna destierra la vida humana.”

Uno se siente libre en una relación de amor y amistad. El compromiso, y no la ausencia de este, es lo que hace libre

“Ser libre no significa tan solo ser independiente o no tener compromisos. La ausencia de lazos y la falta de radicación no nos hacen libres, sino los vínculos y la integración. La carencia absoluta de relaciones genera miedo e inquietud. La raíz indogermánica fri, de la que derivan las formas libre, paz y amigo (frei, Friede, Freund) significa «amar» (lieben). Así, pues, originalmente, «libre» significa perteneciente a los amigos o los amantes». Uno se siente libre en una relación de amor y amistad. El compromiso, y no la ausencia de este, es lo que hace libre.”


 

La sociedad del cansancio (2010)

“El animal salvaje está obligado a distribuir su atención en diversas actividades. De este modo, no se halla capacitado para una inmersión contemplativa: ni durante la ingestión de alimentos ni durante la cópula. No puede sumergirse de manera contemplativa en lo que tiene enfrente porque al mismo tiempo ha de ocuparse del trasfondo. No solamente el multitasking, sino también actividades como los juegos de ordenadores suscitan una amplia pero superficial atención, parecida al estado de vigilancia de un animal salvaje. Los recientes desarrollos sociales y el cambio de estructura de la atención provocan que la sociedad humana se acerque cada vez más al salvajismo […]

W. Benjamin llama al aburrimiento profundo «el pájaro de sueño que incuba el huevo de la experiencia»

Los logros culturales de la humanidad, a los que pertenece la filosofía, se deben a una atención profunda y contemplativa. […] Esta  es reemplazada progresivamente por una forma de atención por completo distinta, la hiperatención. Esta atención dispersa se caracteriza por un acelerado cambio de foco entre diferentes tareas, fuentes de información y procesos. […] Walter Benjamin llama al aburrimiento profundo «el pájaro de sueño que incuba el huevo de la experiencia». Según él, si el sueño constituye el punto máximo de la relajación corporal, el aburrimiento profundo corresponde al punto álgido de la relajación espiritual. La pura agitación no genera nada nuevo. Reproduce y acelera lo ya existente. Benjamin lamenta que estos nidos del tiempo y el sosiego del pájaro de sueño desaparezcan progresivamente”.


 

La agonía del Eros (2012)

“Vivimos en una sociedad que se hace cada vez más narcisista. La libido se invierte sobre todo en la propia subjetividad. El narcisismo no es ningún amor propio. El sujeto del amor propio emprende una delimitación negativa frente al otro, a favor de sí mismo. En cambio, el sujeto narcisista no puede fijar claramente sus límites. De esta forma, se diluye el límite entre él y el otro. El mundo se le presenta solo como proyecciones de sí mismo. […] Solo hay significaciones allí donde él se reconoce a sí mismo de algún modo. Deambula por todas partes como una sombra de sí mismo, hasta que se ahoga en sí mismo.”

La crisis actual del arte puede atribuirse a la crisis de la fantasía, es decir, a la agonía del Eros 

“Los nuevos medios de comunicación no dan alas precisamente a la fantasía. Más bien, la gran densidad de información, sobre todo la visual, la reprime. La hipervisibilidad no es ventajosa para la imaginación. Así, el porno, que en cierto modo lleva al máximo la información visual, destruye la fantasía erótica.

[…] La hipervisibilidad va unida con el desmontaje de umbrales y límites. Es la meta de la sociedad de la transparencia. El espacio se hace transparente cuando es alisado y allanado. […] Sin la negatividad de los umbrales, sin su experiencia, se atrofia la fantasía. La crisis actual del arte, y también de la literatura, puede atribuirse a la crisis de la fantasía, a la desaparición del otro, es decir, a la agonía del Eros.”


 

En el enjambre (2013)

“El llamado síndrome de París designa una aguda perturbación psíquica que afecta sobre todo a los turistas de Japón. Los afectados sufren de alucinaciones, desrealización, despersonalización, angustia y síntomas psicosomáticos como mareo, sudor o sobresalto cardíaco. Lo que dispara todo esto es la fuerte diferencia entre la imagen ideal de París, que los japoneses tienen antes del viaje, y la realidad de la ciudad, que se desvía completamente la imagen ideal. Se puede suponer que la inclinación coactiva, casi histérica, de los turistas japoneses a hacer fotos, representa una reacción inconsciente de protección que tiende a desterrar la terrible realidad mediante imágenes. Las fotos bonitas como imágenes ideales blindan a estos turistas frente a la sucia realidad. […]

La inclinación casi histérica de los turistas japoneses a hacer fotos es un acto de protección que tiende a desterrar la terrible realidad mediante imágenes

El medio digital crea más distancia frente a lo real que los medios analógicos. […] Hoy, con la ayuda del medio digital, producimos imágenes en enorme cantidad. Esta producción masiva de imágenes puede interpretarse como una reacción de protección y de huida. El delirio de optimación se apodera también de la producción de imágenes, a la vista de una realidad que percibimos como imperfecta. Aquello con cuya ayuda nos contraponemos a la facticidad, ya sea la de los cuerpos, el tiempo, la muerte, etcétera, ya no son las religiones, sino técnicas de optimación. El medio digital deshace la facticidad.”

 

Psicopolítica. Neoliberalismo y nuevas técnicas de poder (2014)

“Al principio se celebró la red digital como un medio de libertad ilimitada. El primer eslogan publicitario de Microsoft, Where do you want to go today?, sugería una libertad y una movilidad ilimitadas en la web. Pues bien, esta euforia inicial se muestra hoy como una ilusión. La libertad y la comunicación ilimitadas se convierten en control y vigilancia totales. También los medios sociales se equiparan cada vez más a los panópticos digitales que vigilan y explotan lo social de forma despiadada. Cuando apenas acabamos de liberarnos del panóptico disciplinario, nos adentramos en uno nuevo aún más eficiente.

A los recursos del panóptico benthamiano se los aislaba con fines disciplinarios y no se les permitía hablar entre ellos. Los residentes del panóptico digital, por el contrario, se comunican intensamente y se desnudan por su propia voluntad. […] El Big Brother digital traspasa su trabajo a los reclusos. Así, la entrega de datos no sucede por coacción, sino por una necesidad interna. Ahí reside la eficiencia del panóptico.

La entrega de datos no sucede por coacción, sino por una necesidad interna. El Big Brother digital traspasa su trabajo a los reclusos.

“[…] El secreto, la extrañeza o la otredad representan obstáculos para una comunicación ilimitada. De ahí que sean desarticulados e nombre de la transparencia. […] También a las personas se las desinterioriza, porque la interioridad obstaculiza y ralentiza la comunicación. Esta desinteriorización no sucede de forma violenta. Tiene lugar de forma voluntaria.”




La salvación de lo bello (2015)

“La sexualización del cuerpo no sigue unívocamente a la lógica de la emancipación, pues acompaña a una comercialización del cuerpo. La industria de le belleza explota el cuerpo sexualizándolo y haciéndolo consumible. El consumo y el atractivo sexual se implican el uno al otro. Una identidad personal basada en resultar sexualmente deseable es un producto del capitalismo de consumo. La cultura de consumo somete cada vez más la belleza al esquema de estímulo y excitación. […]

Una identidad personal basada en resultar sexualmente deseable es un producto del capitalismo de consumo

El atractivo sexual, o sexyness, se contrapone a la belleza moral o a la belleza de carácter. […] Originalmente, el carácter significaba el signo marcado a fuego, la quemadura indeleble. Su rasgo principal es la inalterabilidad. Para Carl Schmitt, el agua es un elemento sin carácter porque no permite ninguna marca fija: «En el mar tampoco pueden […] grabarse líneas firmes […] El mar no tiene ningún carácter en el sentido original de la palabra, que procede de la palabra griega diarassein: grabar, rasgar, imprimir». [C. Schmitt]

La firmeza y la constancia no resultan propicias para el consumo. […] El consumidor ideal es un hombre sin carácter. Esta falta de carácter es lo que hace posible un consumo indiscriminado.”

 

La expulsión de lo distinto (2016)

“Para una autoestima estable me resulta imprescindible la noción de que soy importante para otros, que hay otros que me aman. Esa noción podrá ser difusa, pero es indispensable para la sensación de ser importante. Precisamente esta falta de sensación de ser es la causante de las autolesiones. […]

Los conflictos no son destructivos. Muestran un aspecto constructivo. Las relaciones e identidades estables solo surgen de los conflictos. La persona crece y madura trabajando en los conflictos.

Los selfies son bellas superficies lisas y satinadas de un yo vaciado y que se siente inseguro

[…] La adicción a los selfies no tiene mucho que ver con el sano amor a sí mismo: no es otra cosa que la marcha en vacío de un yo narcisista que se ha quedado solo. En vista del vacío interior uno trata en vano de producirse a sí mismo. Pero lo único que se reproduce es el vacío. Los selfies son el yo en formas vacías. La adicción a los selfies intensifica la sensación de vacío. […] Los selfies son bellas superficies lisas y satinadas de un yo vaciado y que se siente inseguro. Para escapar del atormentante vacío hoy se echa mano o buen de la cuchilla de afeitar o bien del Smartphone. Los selfies son superficies lisas y satinadas que ocultan por breve tiempo el yo vacío. Pero si se les da vuelta, uno se topa con reversos recubiertos de heridas y sangrantes. Las heridas son el reverso de los selfies.”


 

Loa a la tierra. Un viaje al jardín (2017)

“Desde que trabajo en el jardín percibo el tiempo de manera distinta. Transcurre mucho más lentamente. Se dilata. […] El jardín me aleja un paso más de mi ego. No tengo hijos, pero con el jardín voy aprendiendo lentamente qué significa brindar asistencia, preocuparse por otros. El jardín se ha convertido en un lugar de amor.

[…] Cada planta tiene su propio tiempo específico. En el jardín se entrecruzan muchos tiempos específicos. Los azafranes de otoño y los azafranes de primavera parecen similares, pero tienen un sentido del tiempo totalmente distinto. […] El asalariado urbanita podrá desempeñar su trabajo independientemente del cambio de las estaciones, pero eso le resulta imposible al campesino, que está sujeto a su ritmo.”

  

Fuentes

La sociedad del cansancio. Barcelona, Herder, 2012.

Muerte y alteridad. Barcelona, Herder, 2019.

La agonía del Eros. Barcelona, Herder, 2014.

En el enjambre. Barcelona, Herder, 2014.

Psicopolítica. Neoliberalismo y nuevas técnicas de poder. Barcelona, Herder, 2014.

El aroma del tiempo. Un ensayo filosófico sobre el arte de demorarse. Barcelona, Herder, 2015.

La salvación de lo bello. Barcelona, Herder, 2015.

La expulsión de lo distinto. Percepción y comunicación en la sociedad actual. Barcelona: Herder, 2017.

Loa a la tierra. Un viaje al jardín. Barcelona, Herder, 2017.

 

 

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