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Mostrando las entradas de agosto, 2022

Reencontrarnos y re-hacernos: la vuelta a las clases presenciales / Víctor H. Palacios Cruz

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  Das Neue . Como quien regresa al gimnasio luego de una prolongada pausa, reanudar las clases presenciales de la universidad –interrumpidas dos años y medio después del anuncio de una cuarentena– nos ha dejado el desfase entre una conciencia efusiva y contenta por volver a probar sensaciones olvidadas y un cuerpo en cambio exhausto y apaleado, así como unas facultades mentales y lingüísticas contracturadas por la prisa de querer dar todo lo que no habíamos dado, cuando apenas emprendemos el inicio de un largo y complejo proceso de reencuentro.   * Las imágenes corresponden a pinturas del artista alemán Neo Rauch (n. 1960).   Cuentan los cronistas que Europa acudió a la Primera Guerra Mundial no solo con el hambre de heroísmo acumulada por el ablandamiento moral de una extendida burguesía, sino también con la certeza de que serían solo unos meses de combate al cabo de los cuales los soldados volverían a casa paseados en hombros y condecorados. Así también, un siglo más tarde,

“La cucaracha aún estaba viva”. Anécdotas y contradicciones en la crianza de los bebés / Víctor H. Palacios Cruz

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  Niños jugando en la playa . En la crianza de los hijos hay preocupaciones a las que es necesario buscar su contrapeso. Por ejemplo, el cuidado de la salud –extendido a los hábitos de higiene, el plan de una dieta y una amplia variedad de precauciones–, tiene que ser debidamente enlazado con el interés y la compasión por el otro. Me explico. Al fin y al cabo la salud es una conveniencia individual que, siendo definitivamente indispensable –más aún en la etapa delicada y vulnerable de la infancia–, sin embargo su preponderancia puede acabar reforzando en la mente del niño una inclinación inconsciente pero marcada hacia el egocentrismo que, por lo demás, viene ya con él por razones de sobrevivencia. Lo he comprendido mejor luego de una sucesión de anécdotas que contaré a continuación y que confirman, de paso, las dudas y las incongruencias que enfrenta la educación familiar que, como tal, no se parece en nada a la programación lineal de una enseñanza escolarizada, por ejemplo, sino más

Nuestras relaciones con los libros y unas recomendaciones de Roberto Calasso / Víctor H. Palacios Cruz

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  Roberto Calasso (1941-2021) A Alberto Machuca, Manuel Prendes y Pedro Arriola, tres amigos con quienes comparto la felicidad de leer y de tener los libros, tanto como la inexplicable dicha de no tenerlos todavía.   Hay tres clases de relaciones que pueden entablarse con los libros. Primero, el amor por los contenidos que los libros (al igual que otros documentos) transmiten, y que es propio de aquellos para quienes un libro –su lectura por vía impresa o digital, completa o parcial, o gracias a referencias de terceros– es solo el pasaje a través del cual se llega a una información, a una cultura o a una educación personal. Para ellos, la posesión de los impresos es irrelevante o, a lo sumo, ocasional; así como leer en libros prestados o en una biblioteca pública no supone vergüenza ni reparo alguno, pues ellos son únicamente las señales que conducen a otras cosas importantes. En segundo lugar, está el amor a los libros en cuanto textos , es decir el culto a esa irreempla

Discapacidades, diferencias e igualdad. Una reflexión a partir de la crítica de R. Redeker a los Juegos Paralímpicos / Víctor H. Palacios Cruz

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  El humano es por naturaleza un ser falible y deficitario. No existe nadie a quien no le falte alguna cosa, y si no es una extremidad, un neurotransmisor o una función sensorial, será seguramente una compañía, un saber, un viaje o una experiencia. Pero es solo cuando nos vemos como meros individuos que las carencias crecen, nos atemorizan y pueden quebrantarnos. Por el contrario, si nos vemos como sociedad encontramos en ellas el punto de partida de intercambios y complementaciones. Por lo demás, puede pasar que un defecto se convierta en un rasgo distintivo que singularice a una personalidad. El más hábil de los gambeteadores de la historia del fútbol (por encima de Pelé, a juicio de muchos) fue apodado Garrincha y tenía los pies girados hacia dentro unos ochenta grados, una pierna más corta que la otra y, para colmo, la columna vertebral algo torcida. En nuestro tiempo, como es bien sabido, el interés comercial sella imágenes de belleza arbitrarias que, aun siendo transitorias, ac