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Mostrando las entradas de febrero, 2021

¿Y cómo hacemos para cambiar el país? Sobre nuestra independencia política todavía incompleta / Víctor H. Palacios Cruz

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  En los días de la Peste Negra en la Florencia del siglo XIV, Giovanni Bocaccio contó en el prólogo de su Decameron : “tan grande sería el espanto que esta gran tribulación puso en las entrañas de los hombres, que el hermano desamparaba al hermano, la mujer al marido; y lo que era más grave, el padre y la madre huían de los hijos tocados de aquella dolencia”. Los tiempos de catástrofe son criaderos de miserias, el olvido del prójimo entre ellas. Con el calor de las fauces del monstruo en la cara, el humano huye al instante de todo lo exterior y se desgaja del grupo. El “sálvense quien pueda” mencionado al principio de la pandemia, este mar adentro de tinieblas sobre cuyas primeras luces –el brillo plateado de las ansiadas vacunas– se han abalanzado quienes supuestamente guiaban nuestra frágil embarcación. (Algo que nos retrata con crudeza es que tantos se regocijen con el pecado ajeno, que de paso ha dado argumento a sus odios precedentes. Les importa más tener la razón de su lado

Razones que superan a la razón / Víctor H. Palacios Cruz

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El sueño de la razón produce monstruos (detalle). Grabado de Goya (1797-1799) Sonrío por dentro cuando escucho a alguien hacer un elogio de la razón como la gran facultad que ennoblece a nuestra especie. Yo mismo profesé por mucho tiempo esta ingenuidad. Sin embargo, escribiendo, dando clases y más aún viviendo he caído en la cuenta de que sin un trato con el mundo y los demás, sin el cuerpo y sin mis propias emociones, una razón altiva y autónoma por hábil que sea me haría a mí mismo –como a cualquiera– el hombre más desdichado. Si los años me han podido dar siquiera un átomo de sabiduría, puedo decir sin vacilaciones que de tanta inteligencia y tan poco corazón uno podría volverse en realidad bastante bruto. Aquí una modesta colección de citas de escritores y filósofos para poner en su sitio –que no es el desprecio, tampoco– a un talento que ha enorgullecido confusamente a los humanos.     San Pablo: “Aunque yo hablara todas las lenguas de los hombres y de los ángeles, si n

La vida en tiempos de muerte / Por: Víctor H. Palacios Cruz

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Los hijos del pintor en el salón japonés (M. Fortuny, 1874). * Agradezco mucho al pintor español Daniel del Castillo la cesión de imágenes de su producción pictórica que acompañan este escrito a continuación.      A Cristina, Benjamín y Patricio. “¿Te quejas de que has de morir? Te quejas de que eres humano”, escribía Séneca a Lucilio. No hay aún ciencia que pueda revertir el hecho de que somos cuerpos y, por ello, seres expuestos a la corrosión natural o a los daños del accidente o la enfermedad. Somos un volumen hecho de partes que, como tal, se parte . La conciencia del morir como un hecho universal e inexorable ha ocupado a todos los tiempos y culturas. La extensa Edad Media, por ejemplo, se desarrolló en torno a la visión de nuestro tránsito fugaz sobre esta materia deleznable y pecaminosa, la mirada puesta en lo eterno. Por otra parte, hasta antes de la pandemia que aún nos acecha, el individualismo occidental calló el tema de la muerte por ser incómodo para la fiesta del

Unas dosis de Joubert / Por: Víctor H. Palacios Cruz

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  Montaigne me presentó a Plutarco y Borges a De Quincey. Así también, leyendo a Julio Ramón Ribeyro di con un escritor de obra mínima pero memorable: Joseph Joubert (1754-1824), que fue profesor de colegio e inspector de universidad durante el régimen napoléonico. Como en Latinoamérica algunos intelectuales respecto de la Revolución cubana, Joubert se entusiasmó con la Revolución Francesa cuyos excesos luego lo desencantaron. Debemos la publicación póstuma de sus Pensamientos al Conde de Chateaubriand, amigo suyo. Qué paradoja, pues no hay estilos más contrapuestos que los de ambos. Frente al Chateaubriand de producción copiosa y retórica solemne y suntuosa, Joubert fue un autor de textos escasos, brevísimos y punzantes. El primero trazó con detalle una extensión de valles y montañas. El segundo se limitó a señalar unas cuantas cimas dejando a sus lectores la tarea de completar el resto del paisaje, cada cual a su manera y con unánime fervor. Aquí una selección.     Educación

Escribir con los pies: las relaciones entre el caminar y el pensar / Víctor H. Palacios Cruz

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Jean-Paul Sartre, fotografía de A. Sutkus (1965).   Rousseau decía que para escribir es necesaria una distancia. “ si quiero describir la primavera, es preciso que me halle en el invierno; y si algún día me hallase preso en la Bastilla, haría el cuadro de la libertad ”. Ahora que hemos vuelto a encierros y cuarentenas, viene bien hablar de la sencillez y las riquezas de la costumbre de caminar. Del caminar corriente y utilitario. O del caminar atlético, recreativo o terapéutico. Mejor aún, de ese movimiento libre e impredecible en que, de pronto, dar unos pasos estira la imaginación, agiliza el pensamiento y enciende el corazón. * Agradezco mucho a Carlos Garzón, poeta y artista plástico ecuatoriano, la sugerencia de algunas de las imágenes que acompañan esta publicación. Para muchos padres que, sin culpa, no han tenido mayor contacto con la lectura, un hijo que pasa largo tiempo con un libro entre las manos –tumbado en un sofá, acuclillado en un rincón, alumbrado por el pálido haz