La amistad según Michel de Montaigne (1533-1592) / Por: Víctor H. Palacios Cruz

Michel de Montaigne en una ilustración de Foch para The New Yorker 


Borges escribió: “no diré Montaigne sino la amistad”. Según Jean-Luc Hennig, los Ensayos  –ese vademécum misceláneo y universal por el humanismo de su intimidad– son una continuación de las felices conversaciones que Montaigne sostuvo con Etienne de la Boétie, el gran amigo de su vida hasta que la peste se lo arrebató tempranamente. Aquí, una escueta selección de citas de uno de los capítulos más nobles de los Ensayos, el que dedicó precisamente a la amistad.

Fuente: Ensayos, Galaxia Gutenberg. Trad. J. Yagüe Bosch, 2014.

Diferencia entre la amistad y el amor entre hermanos
“Los hermanos, al tener que encaminar su progresión y avance por el mismo sendero y al mismo paso, forzoso es que a menudo tropiecen y se entrechoquen. Y además, ¿por qué habrían darse en ellos la compenetración y la afinidad en que se engendran las amistades auténticas y perfectas? […] Por otra parte, en la medida en que estas relaciones nos vienen impuestas por la ley y por la obligación natural, tanto menor es en ella nuestra elección y libertad voluntaria. Y nuestra libertad voluntaria no produce nada más propiamente suyo que el afecto y la amistad.”

Diferencia entre la amistad y el amor erótico
“Comparar con la amistad el afecto hacia las mujeres, aunque nace de nuestra elección, no es posible, ni tampoco incluirlo en la misma categoría. Su fuego, lo confieso, es más activo, ardiente y violento. Mas es un fuego aventurero y tornadizo, fluctuante y mudable, fuego de fiebre, sujeto a accesos y recesos, y que solo nos agarra por un lado. En la amistad hay un calor general y universal, por lo demás templado y uniforme, un calor constante y sosegado, todo dulzura y suavidad, que no tiene nada de violento ni punzante. Y, lo que es más, en el amor erótico no hay sino un deseo demencial de alcanzar algo que se nos escapa”.

La amistad como unión de las diferencias
“Lo que normalmente llamamos amigos y amistades no son sino relaciones de sociedad y familiaridad ligadas por alguna circunstancia o conveniencia merced a la cual nuestras almas se sujetan mutuamente. En la amistad de que hablo, estas se mezclan y confunden la una con la otra, en tan completa amalgama, que borran la sutura que las ha unido y no la vuelven a encontrar. Si me instan a decir por qué lo amaba, siento que eso solo puede expresarse respondiendo: porque era él, porque era yo”.

Grados de amistad
“Las amistades corrientes pueden repartirse: puede amarse en este la belleza, en este otro el comportamiento afable, en aquel la liberalidad, en este el afecto paternal, en ese otro el fraternal, y así sucesivamente; pero esta amistad que posee el alma y la gobierna con total soberanía no puede ser doble. Si dos al mismo tiempo pidieran socorro, ¿a cuál de los dos acudiríais? Si os solicitaran favores contradictorios, ¿qué partido tomaríais? Si uno de ellos confiara a vuestro silencio algo que al otro fuera útil conocer, ¿cómo os las compondríais? La única y principal amistad suelta el nudo de cualquier otra obligación. El secreto que he jurado no revelar a ningún otro puedo referirlo sin perjurio a aquel que no es otro: él es yo. Gran milagro es duplicarse: ignoran lo elevado que es quienes hablan de triplicarse. Nada es en grado sumo si tiene un igual.”

La muerte del amigo
“Mi vida, comparada toda ella con los cuatro años que me fue dado disfrutar de la dulce compañía y camaradería de este personaje, no es más que humo, no es sino una noche oscura e inclemente. Desde el día en que le perdí voy arrastrándome alicaído; y aun los placeres que se me ofrecen, en lugar de consolarme, redoblan en mí el dolor de su pérdida. Íbamos en todo a medias: ahora me parece que le estoy quitando su parte. Estaba tan hecho y acostumbrado a ser en todo uno de dos, que ahora me parece ser solamente medio.”

Bonus track
Sin duda, sobre esta última cita se advierte la huella de un pasaje de las Confesiones –libro a menudo mencionado en los Ensayos–, en que San Agustín examina la pérdida de un amigo:
“Al haber muerto aquel a quien yo había amado como si nunca fuera a morir, me parecía raro que el resto de los mortales siguiera viviendo. Y mi extrañeza era aún mayor ante el hecho de seguir viviendo yo mismo, que era como un doble de su persona. ¡Qué expresión más feliz la de aquel que dijo de su amigo que era «la mitad de su alma»! Siempre tuve la impresión de que mi alma y la suya era un alma sola en dos cuerpos. Por eso la vida me resultaba terrible. Por un lado, no me sentía con ganas de vivir una vida a medias. Por otro, le tenía mucho miedo a la muerte, quizá para que no muriera en su totalidad aquel a quien yo había amado”.



Comentarios

  1. Gracias por esta hermosa selección Víctor!

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    1. ¡Qué amable! La gratitud especialmente a Montaigne, que, según Nietzsche, al escribir los Ensayos "hizo más placentera la experiencia de vivir en este mundo".

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    2. Creo que la hizo más difícil, porque hay mucho que trabajar en lo personal.

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  2. Que profundidad lo que expresa Montaigne sobre la amistad, a veces hay que relfexionar sobre ella para darnos cuenta que tenemos pocos amigos pero los tenemos y nos valen y cuanta falta nos harían si no estuvieran.

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    1. Montaigne es inagotable en cada lectura. Pocos libros como Los ensayos infunden una sensación de compañía, calidez y franqueza inseparable de los estímulos intelectuales más elevados.

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  3. Gracias Víctor! Estoy en un grupo de lectura sobre el Zarathustra de Nietzsche y he compartido su posteo para comparar las reflexiones que sobre la amistad realizan uno y otro. Saludos!

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    1. Qué amable, Andrea, por su interés. He mirado rápidamente sus dos blogs qué interesante material. Espero volver a ellos pronto. Saludos!

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  4. ¡Excelente, querido profesor! Jamás olvidaré al gran Montaigne y sus bellas anécdotas compartidas en clase. La demostración clara de un verdadero amigo y filósofo que disfruta entre la multitud... 📖

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    1. Qué grata sorpresa, Deyni. Bienvenida a mi blog. Y qué estupendos recuerdos de las clases compartidas con tu grupo el semestre pasado. Por cierto, sobre Montaigne, te recomiendo mucho también esta otra entrada de este blog: https://lalluviayelcafe.blogspot.com/2020/05/michel-de-montaigne-y-el-amor-la-vida.html
      Y bueno, si contagias a otros el interés por las publicaciones que intento aquí, pues yo tan agradecido y feliz. Saludos de aliento y esperanza siempre, para ti y para toda tu familia!

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  5. Hola Víctor, cuánta falta hace volver una y otra vez sobre la esencia y sentido de la amistad. Vívidas las palabras de Montaigne que intenta acercarse a lo que la amistad es y aun, creo, se queda corto. Dichosos los que en la vida hemos tenido un amigo y tenemos la certeza que al igual que nosotros a él, nos ha deseado todo el bien del mundo. Que todo vaya bien.

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    1. A la amistad en tiempos de pandemia le ha faltado ese encuentro, esa proximidad que poco a poco vamos recobrando, con las cautelas propias de la responsabilidad y el cuidado mutuo, en equilibrio con las impaciencias y los entusiasmos de un vínculo sin el cual la vida misma quedaría reducida a mecanicidad, a movimientos que se cierran entre sí, sin abrirse a esa autocomprensión y a esa expansión que le da el tener la mirada, la palabra y la compañía del amigo. Gracias por su lectura!

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