Canticuénticos, música para niños, para todos los niños, los grandes también. (Una entrevista exclusiva)
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En el sentido de las agujas del reloj: Gonzalo Carmelé, Daniel Bianchi, Nahuel Ramayo, Ruth Hillar, Laura Ibáñez y Daniela Ranallo. |
El blog “La lluvia y el
café” tiene el grandísimo honor de compartir con ustedes una entrevista a la
agrupación argentina de música para niños Canticuénticos,
cuya obra es una síntesis tan poco común de excelencia artística, vocación
pedagógica, folclor latinoamericano, calidad poética, sentido social y
producción interdisciplinaria. Una propuesta muy diferenciada dentro del
género. Su popularidad crece en el continente y ojalá esta difusión sea una modesta
contribución a su visita a Perú. Muchísimas gracias a Sebastián Cúneo,
productor de Canticuénticos por la accesibilidad
y el tiempo generoso con el blog.
Dedicado a Benjamín,
nuestro pimpollito precioso.
Presentación
Canticuénticos (Ruth Hillar, Daniela Ranallo, Gonzalo Carmelé, Daniel Bianchi, Laura Ibáñez y Nahuel Ramayo) es música para reunir lo distinto.
Para
reunir a padres e hijos, a la rica tradición musical argentina y el variado folclor
latinoamericano, a la diversión y el mensaje, a la vocación de la docencia y la
fama de la profesión musical, a unos niños y otros en su diversa condición personal
y social, a la ejecución instrumental y la práctica del teatro, al estudio de
grabación y la edición de libros, a la música y las artes plásticas de sus videos,
a la factura artesanal y el medio digital.
Bajo
la influencia de la trova rosarina, los talleres de composición de Jorge
Fandermole y la poesía de María Elena Walsh, esta agrupación formada en Santa
Fe (Argentina) en 2007 –popular en su país, pero aún no muy difundida en Perú– rehúye
las vías convencionales, comerciales y exitosas de la música infantil con una
propuesta que no se limita al entretenimiento y tiene la valentía de incluir la
temática social, la tristeza y el dolor, evitando ese efecto artificial de juego
y fantasía de otros artistas del género con un proyecto, en suma, más completo
y sincero que no deja de ser cálido y feliz.
Preguntas
Algo de Canticuénticos que
fascina a los padres es que ofrece un cancionero que deleita a pequeños y
adultos también. Su música nos une más a nuestros hijos y nos hace olvidar que
estamos poniendo algo solo para ellos. El arte de sus arreglos y la emoción
interpretativa hacen pensar que ustedes no hacen música para niños sino simplemente
música, que además gusta mucho a nuestros hijos. ¿Qué pueden decir al respecto?
La
idea de Canticuénticos es cantar para
y con la familia. Desde el inicio del grupo, esa es una de las decisiones que
guían nuestro trabajo, y vemos con mucha alegría que la familia se apropió de
las canciones. Nos gusta que eso pase en nuestros conciertos (lo comprobamos
cada vez que tocamos) y es algo que intuimos que pasa también en las casas. Es
una gran satisfacción saber que estamos contribuyendo a fortalecer esos
espacios de juego e interacción a través de la música, que es una gran aliada
para estas cosas.
En sus álbumes se
escucha joropo, candombé, salsa, cumbia, huayno, zamba, chamamé, chacarera, murga
y hasta festejo peruano. ¿Cómo se adquiere semejante versatilidad de ritmos y
géneros? En particular, ¿qué conocimientos precedieron a los festejos “Nada en
su lugar” y “Remolino”?
Todos
los integrantes del grupo estamos conectados con la música de Latinoamérica
porque es la música que nos gusta escuchar, la que siempre hemos tocado, y
creemos que es la música con la que tenemos que vincular a nuestros pequeños
oyentes. Somos muy respetuosos de los géneros latinoamericanos, sin llegar a
ser puristas. Tratamos de conservar las rítmicas y esquemas formales de los
géneros que abordamos, adaptándolos a nuestra idea sonora y nuestra propuesta
estética. La música latinoamericana es muy rica y a la vez tan diversa, que se
vuelve difícil ser especialista en todos los géneros que comprende.
En
el caso particular de los aires peruanos que acompañan "Remolinos" y
"Nada en su lugar", decidimos respetar bastante la instrumentación,
con fuertes bases de cajón peruano y percusión muy cargada, y los coros
responsoriales tan propios de esas músicas en la primera canción, y la guitarra
bordoneando en la segunda.
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Algo que decirte, álbum de los Canticuénticos de 2015 |
Ustedes se proponen combinar
la diversión de los niños con un acercamiento a la identidad cultural de sus
orígenes dentro del vasto paisaje latinoamericano. Sin embargo, ¿su propuesta
musical exceptúa deliberadamente las tendencias dominantes ahora en el
continente, para bien o para mal y perdón por la aclaración, como el reguetón?
Creemos
que una manera de favorecer el desarrollo de una identidad en los niños, es
vincularlos con las costumbres, formas de hablar, músicas, juegos,
problemáticas, etc, de su propio entorno cultural y social. En épocas de tanta
globalización, nos parece hermoso saber que somos todos iguales, pero dentro de
unas diferencias que nos hacen únicos e irrepetibles. Nos gusta pensar que los niños puedan
levantar una mano orgullosa y decir "aquí estamos, somos así", y
creemos que el arte es un fuerte comunicador de este mensaje.
¿Cómo cambió su trabajo
de hacer música para niños la experiencia sucesiva de ser padres y madres
varios de ustedes? ¿Sus hijos les han inspirado algunas canciones en concreto?
Sí,
por supuesto. La mayoría de nosotros además somos docentes, y estamos
vinculados con el mundo de la infancia, que revisitamos tanto en nuestro rol de
maestros como de padres. Además, tener a nuestros niños en casa nos pone en
contacto permanente con la producción actual de arte para la infancia, de la
que también nos nutrimos. Muchos de los niños que aparecen cantando en nuestros
discos, o actuando en los videos, son nuestros hijos, sobrinos, amigos, hijos
de amigos, alumnos, etc., y son ellos también los primeros en escuchar las
canciones nuevas y hacer las primeras devoluciones con oídos de niño.
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Portada de uno de sus libros. |
Ustedes han declarado
su ilusión de que, escuchando sus temas, las nuevas generaciones accedan al
legado de Violeta Parra, Caetano Veloso, Les Luthiers y Chabuca Granda. ¿Han
contemplado la posibilidad de un vals peruano en sus futuras grabaciones?
Es
una de las deudas que creemos tener, ya que nos encanta el vals peruano, y nos
parece un género con una lírica y musicalidad hermosa.
Llama la
atención, maravillosamente, que ustedes eviten la sobreproducción de escenografía,
vestuario y maquillaje de otras propuestas de música y shows para el público
infantil. Ello resalta el carácter artístico, libre y auténtico del proyecto Canticuénticos. ¿Qué conciencia tienen ustedes de lo que
los diferencia de figuras como Tatiana, CantaJuego y otros similares?
Lo
primero y más importante para nosotros es ser fieles a nosotros mismos. Nos
consideramos antes que nada músicos, pero músicos que se animan a jugar en el
escenario. Ninguno de nosotros es actor, y solo algunos hemos tenido pequeñas
incursiones en el mundo del teatro. Tenemos plena conciencia de que tocar para
los niños exige poner el cuerpo en el escenario, y ese es un aprendizaje
constante para nosotros. Pero al momento de decidir cómo abordamos nuestro
espectáculo, queremos que nada distraiga la atención de las canciones, porque
ése es el mensaje que queremos trasmitir.
La canción “Hay
secretos” revela la grandeza y el corazón de Canticuénticos al abordar un
asunto tan contrario al entretenimiento infantil como el abuso que han padecido
muchos niños que no se atreven a hablar. ¿Han considerado cantarles también a aquellos
que han sufrido la muerte o la separación de sus padres?
Queremos
cantarle al ser humano en su complejidad, y el dolor forma parte también de la
vida de niños y de adultos. Cualquiera de esas cosas cabe en una canción, el
desafío es buscar un lenguaje que sea accesible a los niños, no los hiera ni
agobie, y, de alguna manera, los abrace. Particularmente con la canción
"Hay secretos" hemos recibido devoluciones de profesionales que
cuentan que fue un disparador para iniciar diálogos muy profundos con niños que
habían sufrido abusos y no se habían animado a contarlo, y de esa manera nos
dicen lo importante que fue haberla escrito y cantarla en cada presentación.
Algo encantador en su
repertorio es hallar temas tan cotidianos (“Ringdinho”, “Santo Remedio”, “Ya
va, ya voy”), la dulzura de “Luna cansada” y “Zamba de los relojes”, la canción
de cuna “Noni noni” o las puras ganas de jugar de “Nada en su lugar”. Esa
variedad nos permite reconocernos en la riqueza de situaciones y estados de
ánimo que sus discos recogen. ¿Qué podrían decir al respecto?
Hay
canciones para divertirse, para bailar, para jugar, hay otras que hablan del
mundo en el que vivimos, sus paisajes, la gente que lo habita, algunas nos
hablan directo a nosotros o somos nosotros mismos lo que hablamos a través de
ellas, cuentan sentimientos profundos o explican mejor que las palabras la
forma en que entendemos el mundo. Eso es lo lindo que tiene el arte: cuando es
genuino, nos muestra de la manera más humana que podemos alcanzar. Esa emoción
tan inexplicable que nos alcanza cuando escuchamos una canción, o contemplamos
un cuadro, o leemos una poesía, hace que defendamos y propiciemos el acceso de
todos los niños a las manifestaciones artísticas de su entorno. Creo que es un
deber que tenemos que llevar adelante como adultos, acercando a los niños a las
producciones de calidad, e incentivando a que ellos mismos se pongan en el
papel de artistas.
Se han presentado en
Chile, Colombia y Uruguay. ¿Tenemos en Perú la esperanza de verlos en vivo en
algún futuro ojalá no remoto?
Tenemos
muchísimas ganas de visitar Perú para compartir nuestras canciones con todos
los hermanos de esa hermosa tierra, tan cercana en nuestro cariño. Esperamos
que sea muy pronto.
*
Canticuénticos también lo conforman
Sebastián Cúneo (producción, iluminación, fotografía, video), Cintia Bertolino (voz invitada y asistencia de puesta en escena), Gastón Menguez (guitarrista invitado), Darío Zini (asistencia de escenario, aerófonos, charango y percusión) y Javier Escandell (sonido).
OJALÁ PUEDAN VISITARNOS, ES UN GRUPO CON BASTANTE ACEPTACIÓN ENTRE LOS NIÑOS Y PADRES...
ResponderBorrarY además, el grupo tiene una humanidad de una pureza que contagia y sana. Muchas de sus canciones tienen historias solidarias emocionantes. Efectivamente, ojalá visiten Perú y no solo Lima
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