Ser padre por primera vez / Por: Víctor H. Palacios Cruz
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John Lennon en 1975 con su hijo Sean, por cuyo nacimiento abandonó su vida de estrella del rock durante cinco años para dedicarse por completo a su crianza. |
Ha nacido nuestro Benjamín y al fin entiendo al
amigo que decía sobre su pequeña bebé: “más que lo que yo le doy a ella es lo
que ella me da a mí”. Ahora que mi presente es una sola pulsación de alerta,
disposición y ternura, encuentro que mi hijo multiplica mis facultades persuasivamente
a cada instante como recreando mi ser. Yo mismo acabo de nacer con él.
Contra lo que creía Da Vinci acerca de la preeminencia
de la vista sobre el oído –“la desdichada música que se desvanece tan pronto
como suena”–, he redescubierto la función fundamental de la palabra. Apenas
nacido, junto a su exhausta y hermosa mamá, Benjamín se inquieta y gime a punto
del llanto. Entonces lo llamo por su nombre mientras en mi boca titubean tantas
cosas. De pronto, nuestro bebé se sosiega y queda sumido en ese cristalino
grado de la confianza que es la tranquilidad.
Es cierto: la voz es más preciosa que el
significado. La voz que él había escuchado durante su camino dentro de mamá,
camino que era entonces la milagrosa unión de las innumerables direcciones de
sus células.
Comprendo también que amar es contraer feroces miedos
y preocupaciones. Aquella madrugada en que el hospital público tuvo que
desalojarme de la habitación donde descansarían Cristina y Benjamín, abordé
resignado el primer taxi de vuelta a casa. Apenas echó a andar el auto, el
primer giro brusco desparramó sobre mi cara lágrimas nuevas y abundantes,
desconocidas y muy mías.
Pero a la vez, amar es adquirir una claridad de
energía a través de la cual los sentidos y los brazos brincan por encima de sus
umbrales. En suma, me entrego sin volver atrás a una transformación veloz y dulcemente
irrevocable. A diferencia del sí electivo y cauteloso de la amistad
y el amor de pareja, el afecto a los hijos es un sí innegociable e instantáneo,
que surge entero desde el comienzo y que no espera los trabajos de la razón.
Nada de esto pude imaginarlo (me lo advertía igualmente
aquel querido amigo) porque, sin duda, la cabeza es incapaz de anticipar los
saltos del corazón e incapaz de seguir su compás. La cabeza vacila entre
abstracciones indoloras; en cambio, el corazón apunta firme y certeramente
hacia la más pronunciada y magnífica de las realidades: la vida que surge de la
propia vida.
Precisamente saliendo del propio yo en la
persona amada, uno roza la totalidad de la tierra al tiempo que la frente se yergue
y eleva hasta respirar a sus anchas junto a las estrellas.
Aquí, un breve texto escrito días antes de
conocer el rostro propio y separado que cobra el amor entre dos seres humanos,
el rostro del hijo amado.
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Detalle de la obra de arte visual Impalpability de Masaki Fuhijata (1998) |
Benjamín y el universo
Las
extremidades de tu cuerpecito, pequeño Benjamín, deslizan suaves elevaciones
sobre la bella bóveda bajo la cual mamá te resguarda del exterior inclemente.
Me enternece
ver que en esa penumbra tuya que los adultos añoramos heridos por las zarzas de
las luces artificiales –hartos de que sea de día hasta de noche–, tu
sensibilidad en cambio alcanza la totalidad de tu universo.
No necesitas de
conceptos superiores ni de palabras sutiles ni de tus ojos ordenando las
distancias. Te basta, Benjamín, el tacto de tus manitas y tus piececitos, yo
que te contemplo con la ventana de nuestra casa abierta de par en par a las
estrellas, mientras recuerdo a Pascal que decía: “el silencio eterno de los
espacios infinitos me produce espanto”.
Oh, Benjamín,
si supieras que la filosofía y la música son inferiores a la punta de tus
deditos, y que con nuestros siglos de cultos, teorías y telescopios no hemos
siquiera rozado la curvatura con que limita lo existente.
Quedan pocos
días para que sientas lo que nosotros sentimos al ver rasgarse la esfera en que
vivíamos cuando, por ejemplo, Copérnico descubrió que nuestra morada no estaba
quieta y, más bien, giraba sobre sí misma locamente y en torno al sol.
Una mañana –no
llores, hijo mío–, verás a través de los barrotes de tu cuna o de tu escuela a
mamá partir. Ella volverá pronto a tu encuentro, a que la alumbre el brillo
alimenticio de tu sonrisa. Por muy lejos que vayas, Benjamín, ella y yo te
buscaremos con nuestros brazos y con el último esfuerzo de nuestros
pensamientos.
Ahora sé que
solo la humildad ante el anuncio de lo nuevo pudo ahorrarle a María la
experiencia de que, como decía Rilke, “todo Ángel es terrible”. Dijo Gabriel:
“no temáis”, al sorprenderla en su trasiego.
Es mi voz,
pequeño mío, soy yo. Todo está bien. Ya no llores, lindo Benjamín de mi alma.
Sí, hay una puerta y otras puertas más allá. Todo está bien. Delante el mundo
prosigue y es inmenso, pero tú y yo estamos al fin cerca el uno del otro.
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La anunciación de Fra Angelico (1430-1432) |
Excelente la descripción de lo que es ser padre por vez primera. Verás, eso lo senti, cuando nació Joaquín...¿Cómo conectas una experiencia con la otra?
ResponderBorrarVH, Benjamín va a crecer en sabiduría, rodeado por guirnaldas de amor.
Sí lo alcanzó, jajaja...
Cuantas emociones han colmado tus días, querido Víctor. Cariñosas felicitaciones para ti y Cristina. Que alegría saber de la llegada de Benjamín y del inmenso amor que le da la bienvenida. Un abrazo a la distancia para ustedes! Bienvenido Benjamín!
BorrarGracias, querido Koky, por el comentario. Añadiría que la calidad del crecimiento de un niño guarda relación con la calidad del amor entre los padres, más allá de pericias y experiencias de orden práctico. Admirablemente un hijo subdivide nuestros tiempos y atenciones, pero también por ello nos vuelve más fuertes.
ResponderBorrarRecomiendo a todos, y muchísimo, sobre este tema las citas del filósofo y educador peruano Constantino Carvallo, recogidas en esta entrada anterior del blog:
ResponderBorrarhttp://lalluviayelcafe.blogspot.com/2018/12/la-infancia-y-el-amor-de-los-padres.html
Felicitaciones Víctor Hugo!!!! que linda noticia , ahora prepárate para agasajar el domingo a la flamante mamita!!! Un gran abrazo para tí , bienvenido al mundo de los padre felices disfruta al máximo de Benjamn que tiene mucho por enseñarte.
ResponderBorrarFelicidades por la llegada de su hijo profesor, espero disfrute al máximo de esta hermosa etapa a lado de su esposa y del pequeño Benjamín.
ResponderBorrarSaludos de una ex alumna que lo recuerda con mucha estima.
Nadia Gonzales alias la pequeña Bon Bon.
Qué sorpresa y qué amable, Nadia. Inolvidable tu pandilla filosófico-antropológico-moderna!. Qué será de todos ellos. Ojalá te animes a difundir mi blog con todos los de aquel grupo y todos tus contactos. Y saludos para la familia Bon Bon!!
BorrarPor supuesto profesor, claro que ya difundí su blog, de hecho por aquí anda rondando la princesa guerrera, esperemos pronto lleguen los demás integrantes de la pandilla.
BorrarOjo, se puede SEGUIR el blog abriendo a la izquierda en perfil. Así tendrás la posibilidad de tener la información de cada nueva entrada. Gracias por todo y por la alegría!
BorrarProfesor víctor Hugo, una más de su rebaño estudiantil ha llegado, guiada hasta este hermoso escrito para dejar aflorar tantas emociones. Felicidades por esta etapa tan maravillosa. Me alegra mucho saber que está bien y feliz. Un fuerte abrazo y saludo para usted y su familia.
ResponderBorrarAtte. Leyla "La princesa guerrera".
Felicitaciones profesor un hijo es un hermoso regalo, una luz de esperanza, una vida puesta a nuestro cuidado. Bendiciones para su familia y que se prolongen las alegrias con Benjamin. Atte. Nataly Carhuatanta Salazar
ResponderBorrar¡Felicitaciones, Víctor Hugo! Ya tienes tu heredero. Ojalá vengan más. Un abrazo para ti y tu linda familia.
ResponderBorrarDoris
Gracias por tan afectuosos saludos. Acabo de entender que en adelante ya no puedo tratar a las personas del mismo modo que antes. Benjamín me ha enseñado que todos alrededor somos hijos y merecemos, hagamos lo que hagamos, la acogida, el cuidado y el cariño. Cada vida que me cruce en el camino me recordará a mi propio hijo. Tratando a cada una con atención y cordialidad extenderé el amor a mi pequeño, y sentiré que de ese modo estaré amándolo más y todo el tiempo!!!
ResponderBorrarCuanto gusto enterarme de esta noticia, soy muy feliz por Ud., mis oraciones con su niño y su familia. Extrañaba leerlo, abrazos afectuosos estimado Prof. VH. Saludos, María Luisa Mejia (Malu de los deditos en mis épocas universitarias)
ResponderBorrarHola hijito de mi ❤️ mira que recien he podido leer lo que sentiste al ser padre y que bonito que lo pudiste plasmar, tus emociones tus sentimientos el amor 💞tan grande como esposo y padre abrazos enormes 🤗 para ti y Cristina, naciste para ser buen padre, bendiciones 🙏 a los tres. LQM💯❤️
ResponderBorrarExcelente artículo amigo VH, describes muy bien los sentimientos y emociones que te producen el ser padre por primera vez, situación que nos pasa a muchos padres. Los hijos son una bendición que Dios nos dá y son nuestro motor y motivo de esfuerzo diario para conseguir nuestras metas y acompañarlos en su vida. Un fuerte abrazo VH.
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