Una celebración del café: entrevista con César Ipenza, caficultor de Villa Rica / Por: Víctor H. Palacios Cruz
Calidad
y cultura de café en el Perú. El consumo del café pasado. Café, salud y
medioambiente.
Durante
un evento académico en Zorritos (Tumbes), esta bebida obró sus artes y selló la
amistad con mi invitado en esta entrevista, que prolonga el elogio del café aparecido
en este blog (http://lalluviayelcafe.blogspot.com/2018/12/esa-noche-que-es-mediodia-un-elogio-del.html) y difunde una mirada
nueva y experta sobre la excelencia del café peruano y los diversos significados
de su prodigio.
César
Ipenza Peralta es un especialista en derecho ambiental con experiencia en
gestión pública y, también, un destacado caficultor de Villa Rica (Oxapampa),
tierra de uno de los cafés más finos del mundo. Su producto, café Ucumari ha
recibido hace poco un importante premio en París.
César, cuéntanos brevemente la historia y las características del café de Ucumari.
Es
un café familiar, cultivado de manera tradicional. Exactamente, es un blend, es decir una mezcla de cuatro variedades
de caturra, catimor, geisha y café común o “típica”. Se cultiva sobre los 1400 metros en Villa
Rica, la tierra del café más fino del mundo.
¿Qué te llevó a
denominar tu producto “Ucumari”? ¿Qué significa “Ucumari”?
Mi
trabajo de conservación me llevó hace algunos años a encontrarme –situación
poco frecuente en realidad– con una osa de anteojos y su osezno en una zona cercana
al Bosque de Shollet, en el distrito de Villa Rica. Cuando vi que el sol le
daba, observé un tono color café en el pelaje. Atesoré esa experiencia y de ahí
proviene el nombre de mi café.
Sabemos que tu café ha
recibido una importante distinción internacional. ¿Podrías contarnos acerca de
ello?
Hay
diversos concursos de café en el mundo. Algunos realizan incluso análisis
exhaustivos de muestras de diversos países. Es el caso del concurso que se
realiza en París. El resultado dio a conocer lo que en el Perú ya sabíamos: que
tenemos un muy buen café que, con el cuidado adecuado en todo el proceso, puede
merecer un reconocimiento internacional que declare que nuestro producto no es
común, sino que ha tomado características propias de nuestra geografía y de nuestros
ecosistemas, todo lo cual lo ha hecho único y especial en el mundo.
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César Ipenza y la distinción recibida por su café en la sede de la Embajada de Perú en París |
¿Cómo se formó tu
pasión por el café? ¿Cómo compaginas esta ilusión con tu dedicación al derecho?
La
pasión desde siempre, pues crecí con el café en Villa Rica. Lo incluyo en todo
momento de mi vida y no solo al despertar. Incluso puedo disfrutar un fin de
semana pasando el café. Una taza de café me concentra en mi labor, y además,
por asociación natural, me lleva a reflexionar sobre mi trabajo en torno al
derecho ambiental.
¿Qué significados,
experiencias o estados de ánimo asocias al acto de beber un café?
Beber
café me recuerda muchas cosas, me hace sentirme lúcido y me traslada
mentalmente al campo. Me lleva a los momentos en que mejor me he sentido y suscita
los recuerdos de los momentos más felices.
¿Cuál crees que es la
calidad de café que el peruano común suele beber? ¿Es saludable?
La
gran mayoría en el país consume un café “entre comillas”. Me refiero al soluble, que es un café de pésima calidad –tan
distinto del que se importa– y que no nos hace nada bien. Es en gran medida un
café de descarte y ello puede generar problemas de salud que, a su vez, generan malentendidos y mitos sobre las
consecuencias de beber café.
¿Cuántas tazas de buen
café al día podrías beber sin que lleguen a producirse consecuencias
desagradables?
Partamos
de la premisa que todo exceso es malo. Particularmente podríamos hablar de unas
seis tazas pequeñas al día. En mi caso, suelo tomarlas preferentemente en la
mañana, aunque en Villa Rica cualquier momento del día es propicio para beber
un buen café.
¿El café pasado que
muchos peruanos consumimos puede llegar a ser una excelente bebida? ¿Qué
recomendaciones podrías darnos sobre este modo de preparación según tu
experiencia?
En
Villa Rica esa es la forma más usual de prepararlo, pues lo más importante es
que se trate de un café fresco, que huela a café, que posea color café –que no
es precisamente negro–. Es cierto que el proceso demora un poco más, pero el
resultado vale la pena.
Lo
primero que recomendaría es poner no agua caliente directamente, sino tibia
para que ésta ayude al extraer lo mejor del grano molido y, luego, recién
utilizar agua caliente.
¿Qué opinas sobre el
tostado de café? ¿En la sierra norte del país tendemos a tostarlo demasiado y
el resultado es un café muy negro? Por contraste, en el campo se tiende a beber
un café ralo, muy aguado.
Bueno,
para mí el tueste del café negro produce un café prácticamente quemado. Cuando
te digo, por ejemplo, que alguien tiene ojos café no estoy diciendo precisamente
“negro”. Sin duda, el tueste es importante, pero pasado un límite echa a perder
el grano. Personalmente me gusta el tueste intermedio. Un café pasado también
puede ser negro y el tueste no decide lo ralo de la bebida, lo cual más bien tiene
que ver con el método y la forma de prepararlo y, por supuesto, con el gusto de
cada persona.
Aparte del café de
Ucumari, ¿qué cafés del país te parecen sumamente apreciables?
En
general, te diría que el Perú tiene muy buenos cafés, debido a nuestra
geografía y otras características. La
diferencia la marca el proceso.
Personalmente
siempre disfruto de un buen café con amigos y colegas, en especial aquellos con
quienes comparto esta pasión, una pasión que me lleva a redescubrirme.
¿Qué significa tener
una cultura de café? ¿Producir café es lo mismo que tener una cultura de café?
¿Cuándo un país o una ciudad tienen una cultura de café?
La
verdad muy pocos países tienen cultura de café. Creo que el cultivo es una
pieza esencial en esta cultura; pero también importa todo lo que se genera en
torno al café que permite mostrar una tradición, una forma de prepararlo, la
asociación con la tierra, además de un vínculo que es parte de la identidad
social y personal.
En
Villa Rica existe una cultura cafetalera que va más allá de la existencia de
rutas de café, o de una muestra de danzas y paisajes. Es realmente una sociedad
que vive el café con el que relaciona todo su quehacer cotidiano.
Por la estupenda página
web de tu marca (http://ucucafe.com/), que recomendamos a
los lectores, me entero de que tienes planes de construir un ecoalbergue en la
zona de cultivo del café que produces. Es ilusionante. ¿Podrías contarnos
algunos detalles al respecto?
Se
trata de un proyecto a largo plazo. Eso sí, la vista elegida desde la
plantación es increíble. El amanecer y el atardecer en esa zona con vista a la
Laguna El Oconal hace que sea especial. Lo que me lleva a anhelar que mucha
gente que gusta de la naturaleza disfrute de la tranquilidad del lugar, lejos del
caos y el ruido de las ciudades, y experimente esa paz que le permite a uno encontrarse
consigo mismo.
Perfil del entrevistado
César Ipenza
Peralta es abogado especializado en materia ambiental. Tiene una maestría en
Espacios Protegidos por las Universidades Autónoma y Complutense de Madrid. Ha
sido asesor del primer ministro del ambiente del Perú, Antonio Brack; miembro
del Consejo Directivo del Organismo de Evaluación y Fiscalización Ambiental; y
miembro del Consejo Directivo del SERNANP (desde 2017 a la fecha).
Ha investigado
temas como la minería a pequeña escala, las áreas protegidas y derecho
ambiental. Asimismo, ha publicado artículos y libros sobre la materia ambiental
y de sostenibilidad, a nivel nacional e internacional. Recibió importantes
reconocimientos como el primer lugar del premio mundial Alexander Kiss,
otorgado por la UICN, en derecho ambiental.
Fue jefe de
delegación del Perú para la Negociación del Acuerdo Regional del principio 10 o
de Escazú, y actualmente es consultor y profesor en diversas universidades.
Además, es
caficultor.
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