Walt Whitman: la poesía “evóntica” de un viejo desvergonzado y feliz (comentario y citas) / Víctor H. Palacios Cruz

Dicen filósofos, lingüistas y psicólogos que poner un nombre a lo que vemos o vivimos es llegar a poseerlo, o cuando menos a clarificarlo y ponerlo bajo algún grado de control. Y como los humanos somos finitos, la realidad vuelve a reír allí, siempre fuera de todos nuestros diccionarios. Sea como sea, lo hermoso es el instante en que surge una palabra para lo nuevo, sea artefacto, sentimiento o situación. Por ejemplo, llamar “teléfono” al invento de Graham Bell, o “meme” a una composición digital replicada y divertida; o, como entre los peruanos, descubrir la existencia de lo “huachafo” para lo cual ni “cursi” ni “hortera”, en el castellano español, son términos equivalentes. O, como entre los noruegos según cuenta Mariano Sigman, llamar “ utepil ” al acto de “tomar cerveza al aire libre”, tan especial en un país mayormente oscuro a lo largo del año. Así también, releer Hojas de hierba de Walt Whitman (1819-1892) ha supuesto comprobar que no tenía un modo de denominar con un solo tr...