Cuando alguien nos llama, empezamos a existir. / Por: Víctor H. Palacios Cruz

Dedicado con ternura a nuestro Benjamín que, aún dentro de su bellísima mamá, ya escucha mi voz llamándolo. (La imagen es un fotograma de la película francesa Le petit prince -Mark Osborne, 2015- basada en el célebre relato de Antoine de Saint-Exupéry.) En 1799, al pie de los Pirineos franceses, “tres cazadores atrapan un animal en el instante en el que, abandonando las bellotas recogidas, procuraba huir trepando por un árbol. Llevado al pueblo la sorpresa es total, el animal resulta ser un hombre, un cuerpo de unos once años, sucio, descuidado, marcado por desgarramientos y desolladuras, completamente cubierto de cicatrices que parecen ser la huella de terribles combates con las fieras”. Añade Constantino Carvallo (en su libro Donde habita la moral ) que, aun bajo los expertos cuidados del doctor Jean Itard, a lo largo de los años aquel muchacho no llegaría a mostrar una conducta reconociblemente humana: sin voz ni memoria, mirada incapaz ...