Alguien muy amado nunca se va / Víctor H. Palacios Cruz

De repente, la voracidad de la pandemia ya no es una alarma periodística diaria ni una cifra extensa y estadística, sino que adquiere el primer plano de unos rasgos individuales, reconocibles e irreemplazables. Ha partido un amigo de la infancia y de mi familia. Su muerte ha ocurrido ayer en un lugar lejano, pero ha ocurrido aquí también, dentro de quienes lo hemos conocido y querido, en una zona interior que ha quedado abruptamente helada y hueca, donde ya no es posible volver a sembrar nada. Donde, sin embargo, un hilo del corazón hace flotar ahora su sonrisa inextinguible. A Jorge Rumiche Ruiz, in memoriam Había sucedido lo peor. Inconsciente, denodadamente sostenido por todos los instrumentos médicos posibles, aferrado a este mundo por los cuidados más cercanos y los pensamientos más distantes. Desde México, su país de adopción, hasta Perú éramos tantos los que le dedicábamos nuestras mentes y nuestras plegarias. Parientes, colegas, amigo...