Enseñar es estar juntos para aprender a estar solos / Por: Víctor H. Palacios Cruz

Acuarela de Cj de Silva (2013) La calidad de una sociedad es la calidad de sus maestros. Aún no rompemos en el país el círculo vicioso de un oficio mal entendido y mal remunerado, que desanima a los talentos y deja las aulas en manos a menudo indignas que explican el desprestigio que, finalmente, lleva a una parte de la sociedad a persistir en su desdén de esta profesión. Aquí un homenaje a los buenos maestros y, en especial, a mi padre en quien enseñar –desde sus inicios en la Piura andina y rural– siempre fue una vocación, un arte y un gozo contagiante. A Higinio, mi padre y mi primer maestro Era pequeño, cabía en los brazos de mi padre, y él me sentó una noche en la amplia cama de su cuarto para pedirme que le contara una historia que yo mismo pudiera inventar. Recuerdo que empecé a hablar de un monstruo y que decía “y luego”, “y luego, “y luego”. Con sumo tacto, de pronto, mi papá se introdujo...